La profanación del alma

Ella había venido hasta mí la noche anterior para entregarme solo su cuerpo, pero mi pericia y esa fuerza de la Naturaleza que en los humanos tiende a unir el amor y el sexo la habían llevado a entregarme también el alma, una cesión total de la que ahora renegaba yo. Si se profana un cuerpo cuando se tiene acceso carnal a él mediante el engaño, quizá exista, cuando media el engaño, la profanación del alma.