Cuando la muerte venga

 

Cuando la muerte te persiga en forma 

de salvador de una patria, de un pueblo,

de unos aparentes fines gloriosos,

si tienes la ocasión, que lo cuestiono,

pues querrá hacer estallar una bomba

mientras tomas un té con los amigos,

mírala fijamente, con desprecio,

y explícale que el enorme vacío

que dejas en tu hogar y en su oscura alma

nunca lo rellenarán sus ideales.

 

Cuando la muerte busque a tu propio hijo

en forma de salvador de tu vida,

de la conservación de tu familia

y del futuro mejor de tu pueblo,

si tienes la ocasión, que lo cuestiono,

pues huirá después de haberle pegado

un tiro por la espalda, escúpele

y ofrécele después, gentil, tu nuca.

 

Cuando la muerte te persiga envuelta

en himnos, en banderas, en consignas,

ten en cuenta que tu inmolación sirve 

bastante más que la del romántico

dignificado con pulcros ideales

y que tu silencioso y sublime ideal,

el derecho a que te dejen en paz,

cuenta en sus columnas con otro mártir,

por más que en sus dilatados registros

todos los titanes sean anónimos.

 

                                                                                     Juan Bosco Castilla